La forma y dimensiones del solar, la orientación y la presencia de visiones no deseadas hacen que el proyecto se coloque en la parcela evitando una posición central y adosándose hacia el límite Noreste liberando al máximo la parcela hacia el Sur-oeste.
Esta posición responde a un mayor aprovechamiento tanto de la superficie del solar como del asoleamiento, protegiéndonos de las fincas vecinas en la dirección Norte – Sur debido a su proximidad y abriéndonos decididamente al Sur-oeste.
Todo esto va a provocar una estrategia volumétrica que recurre a la fragmentación como mecanismo eficaz de adaptación y articulación del programa y la relación con el lugar.
Un programa aparentemente sencillo organizado en 2 alturas (zona de día abajo y zona de noche arriba) se convierte en una ocasión para investigar una serie de relaciones espaciales, introduciendo deslizamientos, desplazamientos y ejes diagonales para que el espacio fluya constantemente de unas estancias a otras multiplicando las visuales, difuminando y matizando los límites de la casa intentando hacer que el jardín sea una estancia más, prolongando el espacio hasta el exterior.
Un zócalo pétreo se encarga de establecer el contacto con el terreno dotando de cierta masa y horizontalidad al proyecto.
Por el contrario, un volumen blanco, más alto para buscar las vistas lejanas hacia el Este y Oeste, será resuelto con vocación de ligereza.
Ficha técnica