2º Premio en Concurso de Ideas
La estructura morfológica del Poblado de Barreiro establece unas orientaciones claras y un orden sistemático en la disposición de los bloques, que recuerda vagamente a ciertas actuaciones alemanas en los albores del Movimiento Moderno: elementos lineales y exentos acotando espacios de esparcimiento para los moradores.
Actualmente el conjunto adolece de la falta de espacio público (calles y plazas) de calidad y accesible. Un exceso de pavimentación ahoga el suelo en un entorno que parece sugerir una mayor imbricación con la naturaleza próxima.
Recuperar suelo natural o filtrante eliminando superficie pavimentada, e introducir gran cantidad de arbolado y zonas verdes nos parecía un buen comienzo para devolver cualidades habitables al barrio.
A partir de ahí, y sin renunciar al orden y la disciplina geométrica del poblado (su esencia), se establece la nueva ordenación.
La principal actuación consiste en eliminar la escalera que divide la plaza y crear un PLANO INCLINADO con una pendiente aproximada del 4% que soluciona de manera accesible todas las entradas a los portales de los edificios y ofrece un espacio continuo y sin barreras.
Este plano inclinado se concibe en jabre o sablón estabilizado a modo de alameda central y contendrá una pauta de árboles de hoja caduca de gran porte y amplitud cromática, como puedan ser liquidambar, arce, etc, entendiendo el árbol como un elemento arquitectónico de primer orden.
Se trata de generar una plaza abieta, accesible, integradora, multifuncional y versátil en la que puedan desarrollarse múltiples actividades: desde pequeños mercadillos, conciertos, eventos, etc, hasta la actividad más relajada relacionada con la contemplación o el reposo, y donde la naturaleza tenga una fuerte presencia.
Dicha alameda se enmarca entre dos bandas de parterres de respeto hacia las viviendas que se rematan con muretes/banco corridos para solucionar las áreas de descanso.
Finalmente una gran pérgola cruza la alameda transversalmente sin interferir en las viviendas, vinculando los pasos públicos bajo los edificios comunes, recogiendo su altura y geometría de una manera sencilla y eficaz, ofreciendo cobijo y sombra en los días de lluvia o soleados respectivamente y facilitando la interacción social en el espacio público.
La idea principal es infiltrar el poblado al máximo de espacio verde y arbolado para convertir todo el ámbito en una continuidad del parque del Eume, y dotar al entorno construido de una alta calidad ambiental a través de una nueva relación de las viviendas existentes con los espacios públicos circundantes, que funcionarán como extensiones de las propias viviendas en el exterior, como auténticos salones urbanos.
La estrategia consiste en el planteamiento de una PLATAFORMA ÚNICA a un mismo nivel para resolver la accesibilidad a todo el conjunto, y recurrir a una serie de franjas de parterres verdes adosados a las fachadas suroeste de los edificios, que son las que contienen los salones, por lo que aportaremos intimidad y cualidad visual a estas estancias.
Convencidos del sentimiento de pertenencia a un lugar, se propone una urbanización cuidada y sensible al entorno, donde los moradores, orgullosos de su nuevo salón urbano, se sentirán identificados y harán suyo el entorno colaborando a su mantenimiento y cuidado.
Si ofrecemos espacios públicos de calidad, mejoraremos la calidad de vida de la ciudadanía y conseguiremos su implicación.
Proponemos un espacio urbano neutro, sin excesivos artificios, pensado para el peatón, bien construido, con generosas zonas verdes, con espacios para la estancia y la contemplación.
En definitiva un espacio de todos y para todos.
Ficha técnica