El proyecto aborda una serie de estrategias que buscaron, por un lado, adaptarse a la vivienda existente, a la parcela y a sus condicionantes y, por otro, establecer las relaciones adecuadas con el entorno y resolver el programa funcional requerido.
Y todo ello con la continuidad de los moradores viviendo en la casa.
La situación previa reflejaba una edificación destinada a vivienda unifamiliar en un entorno semi-rural, y que adolecía de problemas funcionales y formales, los cuales, en el presente proyecto se trataron de abordar y solucionar.
Por una parte, los accesos peatonales y rodados estaban entremezclados produciéndose un cruce de flujos inseguro y debido a la gran pendiente de la rampa de acceso, la circulación peatonal tenía que realizar una serie de movimientos contradictorios, como es el descender por rampa para luego subir medio tramo de escalera hasta la puerta de acceso a la vivienda. Este condicionante restaba accesibilidad al recorrido, aspecto demandado especialmente por la propiedad, que también solicitó la inclusión de un ascensor que comunicase todos los niveles de la vivienda.
Por otra parte, la edificación existente no terminó de resolver parte del volumen de la planta alta, circunstancia esta que la propiedad aprovechó para requerir un dormitorio principal perfectamente equipado.
Por tanto se propuso la demolición parcial de la planta alta para acomodar dicho programa funcional.
Otra de las demandas programáticas importantes era dar respuesta a unos amplios espacios para unas nuevas instalaciones que aportaran un valor añadido desde el punto de vista del ahorro y la eficiencia energéticos.
El proyecto no hace otra cosa que recoger todas estas necesidades y darles forma a través de una estrategia que incida en la resolución formal coherente y, en cierta medida, atenta con los aspectos positivos de la vivienda existente, estableciendo un diálogo respetuoso pero tensionado con la realidad construida.
La ampliación de la vivienda parte de la manipulación de la topografía en la orientación este(acceso), para semi-enterrarse en el terreno, conteniéndolo y conformando un nuevo socalco habitado que dé respuesta a los espacios de instalaciones y servicios, evitando la creación de un volumen construido excesivo dada la pequeña escala de las construcciones del lugar.
Se trata de entender y aprovechar la topografía como un aliado que nos ayude a enriquecer y solucionar el proyecto.
Una vez que el proyecto, partiendo de la contención del terreno, llega y toca a la vivienda, se va trasformando en un elemento plano que recurre al pliegue como estrategia formal para rematar y acoger en su interior el resto del programa requerido, esto es, el dormitorio principal, el ascensor y el porche de acceso. Los paños ciegos del plano plegado ocultan espacios servidores y matizan la relación de intimidad o privacidad requerida. Por el contrario, el espacio atrapado entre los pliegues se abre a la zona abierta mediante grandes ventanales volcados a las vistas lejanas protegiéndose del exceso de soleamiento mediante generosos voladizos.
Este nuevo volumen se apoya en la planta alta de la vivienda para solucionar su remate, manteniendo una línea de cornisa continúa y horizontal por debajo del alero del volumen existente.
En general, la nueva ampliación es un dispositivo formal que reivindica una cierta independencia morfológica y material, pero que acata la potencia visual del volumen existente de la biblioteca el cual, con su cubierta inclinada, constituye el contrapunto formal y expresivo a las nuevas líneas horizontales y tendidas de la nueva adición.
Ficha técnica