Prolongar la finca de “las huelgas” en el interior de la construcción puede ser un buen planteamiento para integrarse en el lugar.
Buscamos diluir la construcción en el paisaje y en la memoria de su uso, crear una pieza toscamente tallada, cincelada como esas herramientas paleolíticas.
La cubierta acusa esa geometría facetada para entablar relación con la orografía circundante.
El edificio se enrosca en espiral para formar un patio íntimo protegido del ruido de la nacional y de la via del tren.
En ese girarse sobre sí mismo se evoca el proteger algo, se crea un cofre protegido donde se expongan los hallazgos del Sidrón.
Un único material, el hormigón blanco, capaz de solucionar de un golpe estructura y apariencia, y que resuelve de manera idónea la geometría de pliegues aportando la unidad deseada.
El Centro del Neandertal en Piloña ha de ser necesariamente un lugar vivo, un referente cultural capaz de responder a las diversas necesidades de su cometido.
Ficha técnica