El proyecto acomete la reforma integral de un céntrico piso en Vigo cuya antigüedad, unos 40 años, hacen necesaria una profunda renovación tanto espacial como de todas las instalaciones.
La cualidad más destacable a priori es su gran superficie, alrededor de 130 m², y su holgado frente, donde una terraza alargada recoge dos de los tres huecos orientados a una calle amplia y arbolada.
Las necesidades vitales de los propietarios, una pareja joven, cuyas ocupaciones les permiten trabajar en determinadas ocasiones desde casa, sumado a la futura previsión de aumentar la familia, se convierten en los condicionantes principales que guiarán el proceso.
Por tanto, el proyecto se centrará en la búsqueda de espacios flexibles que permitan dar profundidad a la planta y que sean capaces de adaptarse a diferentes usos a lo largo del tiempo.
Un gran espacio alargado que aprovecha la dimensión más longitudinal de la planta se constituirá en la zona de día: acceso, cocina, comedor y salón son los usos que se va alojando. Digamos que es el espacio de dominio público.
Este gran espacio se separa del resto, que constituye el dominio privado (habitaciones), mediante un gran plano de madera de arce que se va doblando y quebrando para dar acomodo a estos usos. Este gran lienzo leñoso se conforma mediante planos fijos, practicables y correderos que se encargarán de establecer los distintos gradientes de privacidad con el resto de las estancias.
Podríamos decir que la materialidad colabora a enfatizar la estrategia: la madera de arce resuelve la zona de día, y la madera lacada en blanco resuelve las habitaciones, considerados espacios neutros y sosegados para el descanso.
Por otra parte, a medida que se acometía la obra, íbamos actuando como arqueólogos, descubriendo capas que, a pesar de ser concebidas para ocultarse, decidimos sacarlas a la luz, siempre de un modo matizado. Así, las vigas de hormigón de gran canto, en lugar de intentar camuflarlas, las dejamos tal cual a la vista, casi en un acto de sinceridad constructiva. También la medianera longitudinal nos ofreció la sorpresa del hormigón, que decidimos mostrar, alternando paños pintados de blanco para ir acompañando de luz el recorrido.
Esta forma de proceder nos iba generando una atmósfera que mediaba entre lo existente y la contemporaneidad.
Ficha técnica